lunes, 23 de mayo de 2011

Un trío turco en Madrid



La próxima temporada serán tres: Özil, Sahin y Altintop. Suenan extraño en español y  forma muy familiar en el idioma del fútbol. El primero salió del club de los anónimos después del mundial de Sudáfrica. El Real Madrid pagó cerca de 13 millones de euros por él, un joven de 21 años – ojeras grandes,  excelente técnica y una visión adelantada de juego-  de quien se sabía muy poco: no hacía mucho tiempo había debutado en el Shalke 04 alemán y no hacía mucho había sido transferido al Wender Bremen. En cambio, estaba desde el principio en los planes del técnico de la selección de Alemania, Joaquim Löw, quien para la Copa Mundo le entregaba la misión de juntar el equipo como si la aguja fuera el balón y sus compañeros el hilo. Al final de la copa, Mesut Özil dejó la sensación de ser un buen tejedor de juego.

No parecía alemán aunque hubiera nacido en Alemania (en Gelsenkirchen exactamente) y tampoco jugaba como alemán. La potencia no era su mejor virtud y su biotipo estaba por debajo del promedio en ese país de arietes. Era sutil en cambio, inteligente y preciso. No un jugador frenético. Sí de pausa. “Encajaría mejor en un equipo como el Barcelona”, dijeron algunos, pero que terminó seducido por la oferta de Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid. Y en Madrid, durante esta temporada que aún no termina, engranó de maravilla en un equipo que comenzaba a ser ensamblado por José Mourinho.

Özil no parece alemán porque sus padres nacieron en Turquía y decidió jugar para Alemania por una decisión personal, a pesar de que desde que cumplió 18 años, el técnico Fatih Terim -entonces encargado del equipo turco- le ofreciera jugar para el país. La propuesta, extendida a quienes por las migraciones de otros tiempos nacieran en Alemania, aunque con una capacidad futbolística universal que trasciende ligas y fronteras, fue respondida de forma positiva por Nuri Sahin y Hamit Altintop, nacidos en Lüdenscheid y Gelsenkirchen repectivamente. Hoy los dos son las últimas contrataciones de Florentino Pérez y son piezas fundamentales en la selección de Turquía. Actualmente, los dos junto a Özil conforman el trío turco de Mourinho, porque fue él quien los pidió.

A Nuri Sahín la madurez futbolística lo ha ido halando hacia atrás en el campo. Comenzó siendo un jugador de ataque cuando el Borussia Dortmund lo descubrió con apenas 16 años y lo convirtió en el hombre más joven que alguna vez haya actuado como profesional en la Bundes Liga. Ahora, con 22, es un mediocampista que crea el juego desde atrás sin ser un definido recuperador y se mueve por todo el ancho de la cancha, patea tiros libres y lanza pases profundos. Mourinho apuntó a uno de los grandes artífices del campeonato de liga obtenido por el Borussia Dortmund esta temporada, y Pérez, como es usual en los presidentes del Madrid, no tuvo problema en gastar dinero: 10 millones de euros fue el costo de la transacción.

El caso de Hamit Altintop es diferente. Es posible que su relación con el Real Madrid haya comenzado desde el 10 de enero pasado, el día que recibió el Premio Frenec Puskas de la Fifa, al mejor gol marcado en 2010. Fue una volea sensacional, jugando para Turquía, que conectó con la pierna derecha desde el borde de área sin dejar caer el balón después de un tiro de esquina. Puskas es una leyenda en el Bernabéu y Altintop, podría decirse por cuenta del galardón, es actualmente el heredero de ese legado. No es goleador, ni siquiera delantero. Siempre, desde sus inicios en el Wattenscheid 09, se destacó por ser un jugador completo por la banda derecha, de equilibrio, fuerte, versátil, bueno en el desborde y sólido en marca.

Andrei Sidelnikov, el vulnerado portero de la selección de Kazajistán fue a quien le correspondió entregarle el trofeo al entonces jugador del Bayer Munich. Lo entregó, no sin antes prometer que una de sus misiones como portero, en adelante, sería evitar que tras ese gol maravilloso, Altintop volviera a vulnerar sus manos.

Así, con un pase libre después de terminar su contrato en Munich, fue llamado a reforzar el rosario de nombres importantes que conforman la plantilla madridista y a completar la dosis de sangre turca en ese monstruo blanco que desde la próxima temporada intentará devorar a un David llamado Barcelona. Como es de esperar, apuntarán a ganar la liga, la Champions League, la Copa del Rey y todo lo que se les cruce en el camino.

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